La falsificación se define típicamente como escribir o alterar un documento con la intención de defraudar. Los examinadores de documentos pueden determinar si un documento fue alterado o escrito por alguien que no sea el autor declarado, pero la determinación de si la intención del autor fue defraudar se deja en manos de un juez o jurado.
Incluso los falsificadores más cuidadosos y dotados dejan pruebas de sus esfuerzos. Los examinadores inspeccionan los documentos no solo a simple vista, sino también bajo un microscopio, que a menudo revela signos reveladores de falsificación.
Dos de los métodos más comunes de falsificación son la simulación a mano alzada y el rastreo. La simulación a mano alzada simplemente significa intentar copiar una firma o una muestra de escritura a mano, y el trazado implica colocar otro documento sobre una firma original y trazar sus líneas. Cada técnica conduce a varios defectos en la escritura, y un examinador puede identificarlos como el resultado de falsificadores que escriben de una manera antinatural. Combinar perfectamente el estilo de escritura de otra persona no es una tarea fácil.
Las pistas comunes que revelan falsificación incluyen
-
Evidencia de un dibujo anterior, que puede incluir un trazado subyacente de las palabras o la firma
-
Temblores del falsificador, que son marcas finas pero distinguibles que indican temblores en la escritura y ocurren cuando el falsificador intenta copiar una firma o estilo de escritura
-
Velocidad de escritura y presión de lápiz desiguales
-
Dudas
-
Elevadores de pluma inusuales, donde el falsificador comprueba continuamente su trabajo
-
Parcheo y retoque, fijación o adición de marcas
-
Comienzos y finales contundentes
Otra forma especial de falsificación es la escritura disfrazada, un engaño en el que los escritores intentan camuflar su propia escritura. Muchas notas de rescate y cartas amenazantes se escriben de esta manera con la esperanza de que el autor pueda negar la propiedad en una fecha posterior. Los sospechosos a veces intentan disfrazar su escritura cuando se enfrentan a una carta incriminatoria que escribieron tontamente con su letra natural.