Después de la FIV: Qué hacer con Embriones Congelados

 Infografía de Embriones congelados Después de un ciclo fresco de fertilización in vitro (FIV), los embriones sobrantes (aquellos embriones de buena calidad que no se transfieren) pueden congelarse y almacenarse en un laboratorio de fertilidad o en un sitio de almacenamiento comercial. Antes de la congelación de embriones, el paciente o la pareja tendrán que discutir con el médico las opciones para la disposición futura de los embriones y decidir qué hacer con los embriones congelados que tal vez no quieran o no puedan usar en el futuro.

Hay numerosas opciones y consideraciones, y la decisión de cada pareja o individuo variará de acuerdo con las creencias personales y las consideraciones financieras. Las siguientes son las principales formas de resolver qué hacer con embriones no utilizados.

Donación de embriones

La donación de embriones es una forma de donar embriones fertilizados a parejas que no pueden producir embriones viables por sí solas (aquellas que necesitan tanto una donación de óvulos como de espermatozoides). Se estima que hay 600,000 embriones congelados almacenados en los Estados Unidos, pero menos del 15 por ciento de esos embriones se donan a otra pareja.

Si se elige la donación de embriones, la paciente tendrá que aceptar que ella y su pareja tal vez nunca sepan de otros posibles hijos relacionados biológicamente con los suyos. Algunas personas pueden tener dificultades con esta idea, y los sentimientos de ninguna pareja sobre el tema son exactamente los mismos. Hablar con un médico de fertilidad y un psicólogo que se especialice en problemas de fertilidad puede ayudar a las personas a decidir si esta opción es adecuada para ellas.

Donar embriones para investigación científica

Donar embriones para investigación científica es una opción que da buen uso a los embriones que de otro modo no se utilizarían y contribuye al estudio científico. Los embriones donados para investigación médica no se transfieren al paciente. La mayor parte de la investigación médica de embriones implica estudios genéticos y, en ocasiones, el estudio de células madre dentro de los embriones. Muchas clínicas de fertilidad se asocian con instalaciones que utilizan embriones para estudiar diversos problemas médicos y de investigación.

Descongelar y desechar los embriones

En esta elección de disposición, el laboratorio de fertilidad elimina los embriones del nitrógeno líquido y permite que los embriones alcancen la temperatura ambiente sin un período de cultivo ni ningún intento de conservar la viabilidad. Los embriones se desechan como desechos médicos. Para algunas parejas, esto puede o no plantear un dilema moral dependiendo de sus creencias con respecto al estado moral del embrión en esta etapa temprana del desarrollo. Un psicólogo puede ayudar a las parejas a decidir si esta opción es correcta en su caso.

Transferencia compasiva

Algunas parejas no creen que ninguna de las opciones anteriores les proporcionaría suficiente cierre psicológico para tratar con sus embriones de repuesto. En estos casos, se puede realizar una transferencia compasiva.

Durante una transferencia compasiva, los embriones se implantan de nuevo en el útero de la mujer que creó el embrión en un procedimiento de FIV en un momento del ciclo de la mujer cuando es menos probable que cause un embarazo. El embrión se elimina de forma natural a través del siguiente ciclo menstrual de la mujer. Esta es una opción costosa porque los servicios prestados se cobrarán a la tarifa normal.

No todos los especialistas en fertilidad realizarán una transferencia compasiva, por lo que si esto es algo que un paciente quiere que se haga, es importante discutir esta opción con el especialista en fertilidad antes del tratamiento.

No hagas nada, decide más tarde

Los embriones congelados se pueden almacenar por una tarifa anual en algunos laboratorios de fertilidad. Otros laboratorios requieren que el paciente reubique sus embriones en un sitio de almacenamiento comercial hasta que esté listo para usarlos o desecharlos. Los pacientes que eligieron esta opción tendrán que revisar la decisión de qué hacer al menos una vez cada cinco años.

No importa el método de eliminación que elijan los pacientes, una línea abierta de comunicación con su pareja y especialista en fertilidad los guiará hacia la mejor opción.

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