África es un crisol único. No es como una manta; una pieza de tela intacta, del mismo color, de la misma textura, del mismo tamaño. En contraste, el continente es más como una colcha, con muchos parches, muchas piezas, muchos colores y muchos tamaños. Sin embargo, todos los componentes se mantienen unidos por un hilo común: la IDENTIDAD.
Como africanos, nuestra identidad es nuestra historia, de donde somos originarios. Es nuestra geografía y los valores que mantienen unidos a nuestros grupos de personas. El profesor Kwesi Kwaa Prah, director del Centro para el Estudio Avanzado de la Sociedad Africana en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, afirma que los africanos son personas de ascendencia africana que, en última instancia, tienen raíces culturales africanas. A continuación, refuerza la noción de que los africanos son también los pueblos indígenas de África y sus descendientes que viven en otros lugares del mundo, como las Américas (incluidos los Estados Unidos, Canadá, el Caribe, América Central y América del Sur), Europa y Asia.
Entonces, ¿es mejor ver a África como una entidad en lugar de entidades separadas?
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África está ricamente bendecida con diversas y sorprendentes bellezas naturales, abundantes recursos, diversidad y ricas prácticas culturales. El continente no se basa en la raza o el conjunto de características. Por el contrario, es más una mezcla de personas de diferentes características físicas y genéticas de 54 países que vienen en todas las formas, tonos de piel, texturas de cabello y tamaños.
Pero tan genéticamente diferentes como somos, los africanos nos enorgullecemos enormemente de identificarnos ante todo como «africanos». Somos africanos cuando vivimos en África y somos africanos primero, cuando residimos en la Diáspora. Esto se debe a que para su pueblo, África no es sólo una identidad; también es un destino, una obligación moral. Por ejemplo, si Omoy, un originario de África, Congo, RDC, va a Brasil mañana y elige residir en Brasil, seré un afrobrasileño. Soy un «africano» primero y luego declaro el lugar donde estoy.
Esto es para afirmar que aunque hay 54 países en África con un estimado de 3000 tribus y cada tribu está compuesta por personas genéticamente diferentes con su propia cultura, religión, historia y moda únicas, seguimos siendo uno, y como entidad tenemos cuidado de no cometer el error de mezclar nuestra identidad con la nacionalidad y la ciudadanía, particularmente cuando vivimos en la Diáspora.
Es esta identidad corporativa la que nos hace quienes somos, la que da forma a nuestra comunidad, la que nos conecta distintivamente y nos hace identificar nuestra lealtad mutua y nuestro amor por nuestra tierra; en última instancia, haciendo de África un legado interminable digno de honrar y preservar de generación en generación.