12 Jul Why Christians Need to Shut Up
«Todo lo que quería era que la gente estuviera ahí para mí. No quería escuchar todas sus historias. No necesitaba saber todos los versos que pensaban que se aplicaban a mí. Solo quería su presencia.»
Explicó cómo era pasar por sus momentos más oscuros, cómo las personas que la amaban a veces la ayudaban mucho y, a veces, la alejaban más sin querer.
Sus palabras tocaron la fibra sensible, porque yo he sido la persona que ha ofrecido las historias. Yo he sido el que ha suministrado los versos. Y, si sus palabras fueran una indicación, todas las cosas que pensé que ayudaban no lo eran.
Darse cuenta de que sus motivos puros no siempre son suficientes para las personas es una experiencia humillante. Lo que creemos que ayudará no siempre lo hace, y en lugar de ofrecer lo que creemos que la gente necesita, tenemos que entrenarnos para preguntar qué es lo que realmente ayudará.
Aquí está la dificultad para mí como Cristiano: Quiero que otros sepan lo que sé, que experimenten lo que he experimentado con Jesús, que sientan la curación que he sentido y que conozcan la bondad de Dios incluso en situaciones de mierda. Pero lo que olvido es que ninguna otra persona experimenta a Dios exactamente como yo, y tratar de replicar mis propias experiencias en sus vidas es tratar de falsificar la obra de Dios.
A veces necesito callarme y simplemente aparecer.
Cuando pienso en cómo Jesús interactuó con la gente en las Escrituras, no los vio en su dolor e inmediatamente comenzó a predicarles. Primero, les dio su presencia y compasión, incluso en situaciones en las que no debería haberlo hecho, de acuerdo con su cultura.
La mujer en el pozo? ¿El inválido de la piscina? La mujer sorprendida en adulterio? No les dio un sermón. No citó verso tras verso. Vio sus necesidades, les hizo preguntas y luego les señaló la verdad.
¿Cómo podemos, cuando nuestros amigos están sufriendo, ser más como Jesús y menos como los superhéroes espirituales sabelotodo que podemos imaginar que somos?
podemos sentarnos con ellos. Escúchalos. Hazles preguntas y dales espacio para responder. Y cuando todo lo demás falla, simplemente podemos llorar con ellos y pasar algunos pañuelos.
no Tenemos que saber todas las respuestas. No tenemos que darle sentido a todo lo que están experimentando y atar su dolor en un hermoso lazo.
Lo que tenemos que hacer, sin embargo, es ser una presencia constante y una fuente de amor. Y lo que pasa con el amor es que todos lo reciben de manera diferente.
Tendemos a complicar demasiado la compasión. Sentimos que tenemos que hacerlo perfectamente o no cuenta. Nos convencemos de que tenemos que arreglar lo que está mal y curar su dolor. Creemos que debemos tener respuestas elocuentes y correctas.
No lo hacemos.
No podemos.
Solo tenemos que mostrar amor.