La forma más fácil de tratamiento es la prevención.
Prevenir la formación de la enfermedad del algodón es clave para garantizar que sus kois no estén en riesgo de enfermarse gravemente o de morir potencialmente.
El mejor paso que puede tomar para prevenir la propagación de cualquier enfermedad dentro de su estanque es verificar la calidad del agua con frecuencia y hacer un esfuerzo para proporcionar las medidas de filtración y aireación adecuadas.
Si la calidad del agua es alta, es probable que las bacterias y otros cuerpos dañinos no aparezcan en una presencia concentrada, lo que resulta en menos casos de las enfermedades más comunes de los kois.
También debe minimizar la cantidad de tiempo dedicado al manejo de sus kois.
Los koi son animales impresionantes y muy difíciles de resistir al tacto.
Son, literalmente, piezas de arte vivas, por lo que su deseo de acariciarlas o sostenerlas es muy comprensible, pero debe recordar que hacerlo a menudo o de forma aproximada puede dañar la capa protectora de baba en su piel, lo que hace que sean mucho más propensos a enfermarse o experimentar algún tipo de daño corporal.
Este comportamiento también puede estresar a sus peces, lo que resulta en una respuesta del sistema inmunitario reducida que también puede convertirlos en un animal de mayor riesgo.
Por último, debe poner en cuarentena a cualquier pez nuevo o enfermo.
Los peces nuevos, incluso los de criadores de renombre, a veces pueden terminar ocultando parásitos, células fúngicas u otros agentes dañinos, lo que hace que toda la población esté expuesta.
Esto puede ser especialmente dañino si la calidad del agua baja, lo que permite que la enfermedad de tu nuevo koi se propague aún más rápido.
Los peces enfermos deben ponerse en cuarentena para evitar la propagación de su enfermedad, obviamente, y para garantizar que puedan recuperarse por completo.
Si un koi está enfermo, es posible que no tenga su capa de limo completamente activa en todo su cuerpo, así que asegúrese de darle tiempo para que se recupere completamente antes de introducirlo de nuevo en el estanque.
Ponerlos de nuevo en su estanque general puede causar lesiones o estrés a los peces, lo que lleva a que se enfermen o entren en contacto con otros trastornos, reiniciando el ciclo de la enfermedad y potencialmente propagándolo aún más a la población.