En el clima frío y nevado de las montañas de Colorado, uno de los principales desafíos del diseño del techo es evitar que se forme hielo en la cubierta del techo, donde puede causar diques de hielo y daños por agua en el techo y la estructura subyacente. Para evitar que la nieve se derrita y se vuelva a congelar, el techo debe mantenerse frío. La forma principal de controlar la temperatura del techo es a través de la ventilación del ático o del techo. Sin una ventilación adecuada, el aire cálido y húmedo que sube al ático durante el invierno puede hacer que la nieve en el techo se derrita y se vuelva a congelar. Las rejillas de ventilación estructurales o estándar a lo largo de la parte superior del techo permiten que el aire caliente del ático escape.
Al crear un flujo constante de aire frío por encima del aislamiento, pero por debajo del material de cubierta, se permite que el aire frío circule, un sistema de techo frío evita que la nieve en el techo se derrita cuando la temperatura exterior es de 22 grados Fahrenheit o más fría. Cuando hace más calor que 22 Fahrenheit en el exterior; el agua derretida que está en el techo generalmente no se congela en los aleros.
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