El escritor busca analizar críticamente el rol del profesional de la salud pública en general, teniendo en cuenta el contexto sociopolítico actual, los conocimientos y habilidades necesarios para el rol, los desafíos que existen para cumplir el rol de la salud pública y los enfoques. En la segunda parte de este trabajo, el escritor ha elegido una iniciativa y evaluará críticamente hasta qué punto la iniciativa identificada cumple con los criterios de buena salud pública. En esta iniciativa se identificarán y discutirán las habilidades y competencias de salud pública, incluidas las teorías y enfoques de promoción de la salud. Véase el Apéndice 1.
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El papel, los conocimientos y las habilidades del profesional público
El escritor ha considerado apropiado comenzar definiendo la salud pública, aunque hay muchas definiciones. La Unidad de Recursos de Salud Pública (2008) afirma que el propósito de la salud pública es: «Mejorar la salud y el bienestar de la población; prevenir las enfermedades y minimizar sus consecuencias; prolongar la vida valiosa y reducir las desigualdades en salud» (PHRU, 2008).
PHRU afirma que todo esto se puede lograr a través de: tomar una perspectiva de población; movilizar los esfuerzos organizados de la sociedad y actuar como defensor de la salud pública; permitir que las personas y las comunidades aumenten su propia salud y bienestar; actuar sobre los determinantes sociales, económicos, ambientales y biológicos de la salud y el bienestar; proteger y minimizar el impacto de los riesgos para la salud de la población y garantizar que los servicios preventivos, de tratamiento y de atención sean de alta calidad, basados en datos empíricos y de mejor valor» (PHRU, 2008).
La salud pública definida por Webster y French en (Tones & Tilford, 2001) comprende tres aspectos que son la promoción de la salud a nivel de la población; el análisis epidemiológico y el profesional de la salud capacitado en medicina. Naidoo y Willis (2000 págs. 181) considera que la salud pública se caracteriza por varios factores y abarca tres ámbitos; la promoción de la salud de toda la población, la protección de la salud-una preocupación por la prevención de enfermedades y la mejora de los servicios de salud-un reconocimiento de los muchos factores que contribuyen a la salud
Los profesionales de la salud pública tienen autonomía en áreas específicas y continuamente poseen un área de trabajo y apoyan a otros para que la comprendan y es probable que los profesionales trabajen en un entorno multidisciplinario y de múltiples agencias, mientras que los médicos generales trabajan como parte de un equipo más grande dirigido por alguien que trabaja a un nivel superior (PHRU, 2008). La Faculty of Public (2000) describe un enfoque de la salud pública que hace hincapié en la responsabilidad colectiva de mejorar la salud y prevenir las enfermedades; reconoce el papel clave del Estado, vinculado a la preocupación por los determinantes socioeconómicos subyacentes y más amplios de la salud y de la enfermedad. Este enfoque es multidisciplinario, incorpora métodos cuantitativos y cualitativos; hace hincapié en las asociaciones con todos los que contribuyen a la salud de la población (FPH, 2000).
Sir Donald Acheson, (1988) define la salud pública como «la ciencia y el arte de prevenir enfermedades, prolongar la vida y promover, proteger y mejorar la salud a través de los esfuerzos organizados de la sociedad». También describe la función de planificación y evaluación de los servicios, así como de vigilancia de las enfermedades y coordinación del control de las enfermedades transmisibles, y los profesionales del sector público proporcionan asesoramiento epidemiológico sobre el establecimiento de prioridades. Naidoo y Willis (1998) afirman que esto incluirá las habilidades de los profesionales de la salud pública, por ejemplo, la comunicación, la planificación, el establecimiento de redes, la gestión y el uso de pruebas basadas en la investigación.
Un profesional de la salud pública es identificado por Naidoo y Willis (2001) y Donaldson y Donaldson (2006) como una persona capacitada con un papel para hacer que las personas y el medio ambiente sean más saludables, para llevar a cabo investigaciones, para abogar y trabajar en colaboración con la comunidad en proyectos identificados. El profesional de la salud pública debe poner en práctica las iniciativas de salud del Gobierno encaminadas a mejorar las desigualdades en materia de salud en la sociedad. Naidoo y Willis (2008) también señalan que hay tres principios que sustentan al profesional de la salud, por ejemplo, el empoderamiento, la participación, la equidad y el trabajo colaborativo, que concuerdan con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1986). La reducción de las desigualdades en materia de salud es una prioridad y todos los profesionales de la salud tienen un papel que desempeñar en la selección de personas cuyo estado de salud está por debajo de la media, o que pueden no tener acceso a los servicios de salud actuales por diversas razones.
El Plan decenal del Servicio Nacional de Salud (DOH, 2000) estableció un nuevo objetivo estatutario para que el Servicio Nacional de Salud asignara recursos para contribuir a la reducción del estado de salud. Los profesionales de la salud pública trabajan para aumentar el conocimiento individual sobre la función corporal y las formas de prevenir la enfermedad, aumentando la competencia utilizando el sistema de atención de la salud y la conciencia sobre los factores políticos y ambientales que influyen en la salud. Se puede fomentar la capacidad de la comunidad aumentando su capacidad para participar en la promoción de su salud.
El Libro Blanco del Gobierno, Salvar vidas (DOH, 1999) sobre la estrategia de salud pública para Inglaterra, primera respuesta al Informe Acheson, estableció un programa nacional de acción para reducir las desigualdades en materia de salud, por ejemplo, se comprometió a adoptar medidas para mejorar el nivel de vida y luchar contra la pobreza, en particular la pobreza infantil, la educación preescolar, el empleo como salida de la pobreza, el transporte, la regeneración urbana, la reducción de la delincuencia y la mejora de la vivienda en las zonas desfavorecidas, así como a realizar actividades preventivas mediante el fortalecimiento de la fuerza de trabajo de la salud pública (Hogstedt y otros, 2008).
La estrategia del Gobierno en «Nuestra nación más saludable» en el Departamento de Salud 1999a es garantizar que la fuerza de trabajo de salud pública esté bien informada y capacitada, cuente con el personal adecuado y cuente con los recursos necesarios para hacer frente a la importante tarea de aplicar estrategias de salud. Se espera que los profesionales de la salud, con sus conocimientos y aptitudes, participen en la consecución de los objetivos establecidos en el «Libro Blanco» (Departamento de Salud, 1999). Las habilidades de los profesionales de la salud pública incluyen actuar como líderes conocedores y bromeados para gestionar el cambio estratégico y trabajar en asociación con otras agencias, centrarse en la promoción de la salud para el desarrollo comunitario, familiarizarse con los conceptos públicos y usar la evidencia para guiar el trabajo que fue apropiado.
Contexto sociopolítico
Donaldson y Donaldson (2006) afirman que en el Reino Unido en la década de 1980 hubo graves fallas en los estándares de atención que se brindaron en salud pública. Las comunidades antes se consideraban receptoras pasivas de los servicios y los usuarios de los servicios no se valoraban según McKnight (1998) en (Gorin y Arnold, 1998). Naidoo y Willis (1998, pág. 9) afirman que la salud pública moderna reconoce la importancia de las condiciones de vida para promover la salud, la acción contra las desigualdades en materia de salud, la regeneración física y social de los barrios, el desarrollo de políticas públicas saludables en materia de alimentación, transporte y lugar de trabajo.
El sistema de salud pública carecía de camas de hospital, personal, edificios y equipo suficientes (Tones y Tilford, 2006). Según Naidoo y Willis (2001), el movimiento de salud pública surgió con la noble idea de educar al público para una buena salud. En virtud de la Legislación de Salud Pública de 1848, se designó a trabajadores de la salud pública para que publicaran regularmente consejos de salud sobre salvaguardias contra la contaminación. Se señaló que había un aumento de la reforma sanitaria en la que el gobierno local se centraba en las cuestiones ambientales.
Se introdujo la Ley del Servicio Nacional de Salud y Atención Comunitaria (1990), que fue un elemento importante de la legislación de salud pública que introdujo cambios en la forma en que se prestaban los servicios de salud, lo que incluye el cierre masivo de las instituciones de atención de la salud y la atención a las personas en la comunidad (Donaldson y Donaldson, 2006). Naidoo y Willis (2006) señalan la publicación de la estrategia «Salud de la nación» (1992), que se centró en cinco áreas clave, que incluyen las enfermedades coronarias, el cáncer, la salud mental, la salud sexual y los accidentes. Sin embargo, Donaldson y Donaldson (2006) señalaron que la era de la «higiene personal» señaló que las principales causas de muerte y discapacidad pasaron de las infecciones a las enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias y los accidentes en los que los estilos de vida desempeñan un papel causal.
Otra función del profesional de la salud pública es promover y proteger la salud y el bienestar de las personas y de la población en general mediante la prevención de la propagación de enfermedades infecciosas y la protección contra la radiación química u otros peligros. Los cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, una mejor nutrición y más actividades físicas, pueden mejorar la salud y reducir la carga de enfermedades como la obesidad, las enfermedades coronarias y el cáncer. Naidoo y Wills (2001) afirman que la intervención del profesional de la salud pública fue la educación sanitaria con énfasis en el comportamiento individual. La Ley de salud pública de 1994 se centra en la vivienda, el saneamiento, el agua potable y los alimentos.
Ewles y Simnet (2001) afirman que la salud pública fue introducida por el Nuevo Partido Laborista en 1997, de acuerdo con los mismos principios que la Organización Mundial de la Salud, adoptando políticas similares a la declaración de Yakarta (1997), con énfasis en la infraestructura y la inversión, y empoderando al usuario de los servicios para que tome decisiones informadas.
En 1997 se instituyó el Ministerio de Salud Pública (Donaldson y Donaldson, 2006), lo que dio lugar a la creación de un Organismo de Desarrollo de la Salud en (1998) con el objetivo de mantener y dar a conocer pruebas basadas en la mejora de la salud y asesorar sobre las normas para la salud pública y la promoción de la salud, realizando campañas además de la formación de observatorios de salud pública vinculados con las universidades para supervisar la salud y destacar las esferas de acción y evaluar los progresos de los organismos locales con el objetivo de mejorar la salud y reducir la desigualdad.
Naidoo y Willis (2000, p. 139) también afirman que el Nuevo gobierno laborista creó en 1997 un Ministro de Salud Pública con la responsabilidad de coordinar la política de salud en los diferentes sectores y destacar el impacto de las diferentes políticas. También se introdujeron nuevas reformas en «El Nuevo Sistema Nacional de Salud: Moderno y fiable» (DoH, 1997) con la intención de sustituir el mercado interior por una atención integrada dirigida por grupos de atención primaria de médicos generalistas y enfermeras comunitarias cuyas responsabilidades consisten en encargar y prestar servicios de atención sanitaria a su población local. La Nueva Salud Pública se introdujo centrándose en la promoción de la salud y la educación utilizando el enfoque «de abajo hacia arriba» y centrándose en la salud pública en lugar de los servicios agudos.
Tones y Tilford (2001) citan la investigación de Acheson que planteó la preocupación por las desigualdades críticas en salud de que en la sociedad los más desfavorecidos están más enfermos y mueren antes, lo que dio lugar al Libro Verde (2003) con el objetivo de reducir las desigualdades en salud. En el informe se priorizaron tres esferas en relación con las desigualdades en materia de salud, la evaluación de todas las políticas pertinentes, por ejemplo, la salud de las familias con hijos y una mayor reducción de las desigualdades de ingresos y la pobreza.
El programa trienal de Lucha contra las desigualdades en materia de salud del Departamento de Salud (2003) se creó para hacer frente a las desigualdades en materia de salud. Tenía cuatro temas para ayudar a las familias a romper el ciclo de la pobreza, lograr la participación de las comunidades y las personas para garantizar la pertinencia, la capacidad de respuesta y la sostenibilidad, así como prevenir las enfermedades y proporcionar un tratamiento y una atención eficaces que culminaran en abordar los determinantes básicos de la salud.
Tones y Tilford (2001), además, señala la reforma del NHS por parte del gobierno laborista para crear un servicio de salud adecuado a las necesidades de Gran Bretaña del siglo XXI, que es un servicio mejor, más rápido y más conveniente para los pacientes, justo y gratuito para todos.
Se introdujeron diversas medidas para mejorar la calidad de vida en zonas degradadas, con una serie de estrategias para trabajar por hogares de calidad para todos. El Nuevo Labor aplicó una política de proporcionar buenas viviendas en colaboración con el sector privado a fin de proteger y satisfacer las necesidades de las personas más vulnerables (Naidoo y Willis (2001)).
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Desafíos que existen
Los desafíos que existen en el sector de la salud pública son la situación económica actual que enfrenta el gobierno y que puede causar dificultades para obtener fondos. El otro desafío es la falta de comprensión o valoración de la labor de los profesionales de la salud pública, que puede socavar su eficacia y generar una cultura defensiva y afectar negativamente su moral; la falta de normas definidas para la práctica de la salud pública y la falta de una clara rendición de cuentas para la mejora de la salud.
La escasez de algunas habilidades técnicas, por ejemplo, evaluación de necesidades, análisis e interpretación de información, evaluación crítica y habilidades de implementación; número limitado de solicitantes elegibles; arreglos de trabajo subóptimos con las autoridades locales que se manifiestan en la falta de coherencia de los planes comunitarios locales y los planes de salud. Los otros problemas son la insuficiencia de los sistemas de información de los servicios de salud y de vigilancia de las enfermedades transmisibles y no transmisibles, en contraposición con los sistemas de información de los servicios de salud. El otro problema es la dificultad de acceder rápidamente a pruebas de salud pública en forma utilizable, la duplicación de actividades, la recopilación de información epidemiológica y pruebas de la eficacia de los programas de salud.
Por último, asociación limitada entre departamentos académicos y de servicios de salud pública; puesta en común limitada de recursos y conocimientos especializados entre las Juntas de Salud y el Servicio Nacional de Salud y otros organismos, y falta de hitos para medir el éxito (Review of the Public Health Function in Scotland, 2000).
Parte 2: Iniciativa de salud (Sure Start)
El escritor ha optado por centrarse en Sure Start, que es un programa gubernamental destinado a proporcionar el mejor comienzo en la vida para todos los niños al aunar la educación temprana, el cuidado de los niños, la salud y el apoyo familiar. Los siguientes son responsables de la entrega de Sure Start dentro del Departamento para Niños, Escuelas y Familias: El Grupo de Primeros Años, Escuelas Extendidas y Necesidades Especiales.
Gran Bretaña tenía la tasa de embarazos de adolescentes más alta de Europa a mediados del decenio de 1990, lo que hizo necesario promover la salud (UNICEF, 2001). En el Reino Unido, la Ley de la infancia de 2004 constituye el fundamento jurídico de los servicios para la infancia establecidos por el Gobierno en el Libro Verde de 2003, Every Child Matters como enfoque gubernamental del bienestar de los niños y los jóvenes con el fin de prestar a todos los niños el apoyo que necesitan para estar sanos, mantenerse seguros, disfrutar y lograr, hacer una contribución positiva y lograr el bienestar económico, lo que concuerda con la Carta de Ottawa.
A continuación se publicó el Plan para la Infancia (2007) con una estrategia decenal con el objetivo de mejorar los resultados educativos de los niños, mejorar la salud de los niños, reducir las tasas de delincuencia entre los jóvenes y erradicar la pobreza infantil para 2020 (DCFS, 2007). La promoción de la salud se lleva a cabo mediante una acción comunitaria concreta y eficaz en el establecimiento de prioridades, la adopción de decisiones, la planificación de estrategias y su aplicación para lograr una mejor salud (Carta de Ottawa, 1986). Por esa razón, el Gobierno tiene previsto ofrecer a todos los niños el mejor comienzo para aunar la educación temprana, el cuidado de los niños, la salud y el apoyo familiar a través de Sure Start (Asthana y Halliday, 2006).
Sure start es un enfoque de salud pública que adopta una perspectiva de población, abordando las causas de la mala salud y esto se hace enseñando a las madres sobre la lactancia materna, evitando el enfoque de «estilos de vida» y su marginación de las influencias socioeconómicas y ambientales en la salud, lo que está en consonancia con Saving Lives: Our Healthier Nation (Salvar vidas: Nuestra nación más saludable) (1999).
El Departamento de Educación y Capacitación (2000) estableció los objetivos, metas e iniciativas fundamentales de Sure Start en su documento de orientación al comienzo del programa (DES, 2000, págs. 1 y 2), a saber, mejorar la salud mediante el acceso a una atención de la salud adecuada; permitir que se tomen decisiones informadas sobre la continuación del embarazo o no; apoyar a los padres adolescentes en el cuidado de sus hijos.
Ewles (2006) apoya la idea de que hay pruebas que respaldan el uso de la modificación del comportamiento junto con los cambios en el cuidado de los niños vulnerables y los niveles de actividades antes y después del parto, lo que concuerda con el programa del Gobierno en respuesta al informe Acheson (1998) para abordar las desigualdades en materia de salud. Beattie (1991) lo considera una realidad objetiva de empoderamiento basada en la situación real a nivel de la comunidad.
Al promover y proteger la salud de las madres adolescentes embarazadas y parentales y sus hijos, Sure Start parece estar en línea con la taxonomía de Bradshaw (1972) de las necesidades sociales y de salud. La maternidad y la paternidad en la adolescencia se identifican en Sure Start como causa y consecuencia de la exclusión social (Unidad de Exclusión Social, 1999) y esto puede ser una necesidad normativa. La Unidad de Exclusión Social (1999) también predijo los problemas que implican un riesgo superior a la media de ser pobre, desempleado y aislado. Esto está de acuerdo con el informe Acheson (1998), que se centra en las desigualdades en materia de salud y define la salud pública como el «arte y la ciencia de la prevención de enfermedades y la promoción de la salud a través de los esfuerzos organizados de la sociedad.
De acuerdo con McLeod (2001), las madres adolescentes, en comparación con otras madres, han sido vistas como más propensas a experimentar pobreza y privación social e incluso en la vida adulta, aunque estas probabilidades podrían ser un significado de su estado de privación relativamente que de convertirse en padres tempranos per se (Ermisch y Pevalin, 2003). De acuerdo con la taxonomía de Bradshaw, esto podría identificarse como una necesidad comparativa que se refiere a problemas que surgen en comparación con otros que no lo necesitan. Además, afirma que uno de los usos más comunes de este enfoque es la comparación de los problemas sociales en diferentes zonas para determinar cuáles son las más desfavorecidas.
De acuerdo con la Dependencia de Exclusión Social (1999), el objetivo de la política del Gobierno es promover el aprendizaje continuo entre los jóvenes a través de Sure Start, centrándose en la prevención de concepciones y, en segundo lugar, en el apoyo a las madres adolescentes, principalmente mediante medidas para alentarlas firmemente a completar su educación y mantenerse en contacto con el mercado laboral. Esto concuerda con Naidoo y Willis (2001), que, en opinión de la oms, la salud pública consiste en colaborar con otros en programas compartidos para garantizar que se lleven a cabo las actividades de promoción de la salud. Sure Start utiliza la colaboración, la educación y los enfoques participativos.
Además, Dugan (1996) alienta a los profesionales de la salud pública a utilizar el enfoque participativo como un proceso que tiene efectos gratificantes y aumenta el talento y la capacidad locales, proporciona flexibilidad y un proceso sistemático para las personas.
Micklewright (2002) afirma que siete de los trece indicadores de la segunda declaración anual sobre la pobreza y la exclusión social relacionados con los niños y los jóvenes son medidas de educación y adquisición de aptitudes. El enfoque educativo permite a los promotores de salud trabajar con la comunidad como socios que brindan orientación y no toman el control, sino que escuchan y tienen en cuenta su perspectiva.
El enfoque educativo expresado por Naidoo y Willis (2001) enriquece a la comunidad con conocimientos, información y habilidades de desarrollo que les permitirán tomar decisiones informadas con respecto a su comportamiento de salud. Mientras que el desarrollo comunitario tiene como objetivo empoderar a las personas para que trabajen juntas a fin de influir en las cuestiones sociales, económicas, políticas y ambientales que las afectan (Naidoo y Willis, 2000). La Organización Mundial de la Salud consideraba que las personas debían tener cierto grado de control sobre sus condiciones de vida y de trabajo a fin de desarrollar estilos de vida conducentes a la salud (OMS, 1986). La Carta de Ottawa define la promoción de la salud como el proceso que permite a las personas aumentar el control sobre su salud y mejorarla (OMS, 1986).
En conclusión, el papel de los profesionales de salud pública es influir e identificar aquellos factores que promueven la salud de la población y contribuyen a reducir las desigualdades en salud, y son capaces de influir en equipos y organizaciones y valorar el desarrollo profesional. Para que los profesionales de la salud trabajen de manera efectiva, se requieren habilidades de comunicación buenas y efectivas que les permitan usar habilidades de comunicación verbales y no verbales adecuadas para entregar información relevante a varias personas. Es esencial que se lleven a cabo estudios que se centren principalmente en toda la gama de funciones de salud pública dentro de la práctica de la salud, con especial énfasis en examinar los efectos de estas funciones en los profesionales de la salud pública, y la educación y capacitación que serán necesarias para estas funciones.